domingo, 24 de abril de 2016

HACIA UNA PASTORAL CLARA PARA LOS DIVORCIADOS VUELTOS A CASAR

En su exhortación apostólica Familiaris consortio, de 1981, JPII escribió este párrafo, cuya importancia creo que no se advirtió en su momento: “………están los que han contraído una segunda unión en vista a la educación de los hijos, y a veces están subjetivamente seguros en conciencia de que el precedente matrimonio, irreparablemente destruido, no había sido nunca válido”. Para el contexto, ver punto 79 de http://w2.vatican.va/content/john-paul-ii/es/apost_exhortations/documents/hf_jp-ii_exh_19811122_familiaris-consortio.html

La atención puesta por JPII en aquellos fieles que en su conciencia están seguros de que su primer matrimonio nunca fue válido abre las siguientes posibilidades. La primera es que estas parejas sean acompañadas por sus pastores hasta el momento de la nulidad. Caso 1.

La segunda es que la nulidad no salga. Caso 2.

Otra posibilidad está en otros que, en cambio, estén seguros de que su primer matrimonio fue válido y acepten la posibilidad de vivir como hermanos, viviendo juntos de ese modo. Caso 3.

Otra posibilidad, muy frecuente, es que las parejas con segunda unión piensen que su situación es correcta y que por ende tienen derecho a comulgar. Caso 4.

Hay que tener en cuenta en en el caso 1 hay infinidad de parejas que se casaron por Iglesia sin la más mínima conciencia eclesial de lo que hacían y luego maduran en su Fe, y cuando verdaderamente la tienen, se encuentran ya casados en 2da unión. Eso, en mi humildísima opinión, amerita la nulidad.

En el caso 1, el acompañamiento sacerdotal y eclesial consiste en ayudar a estas parejas a meditar y discernir su situación hasta que salga la nulidad.

En el caso 2, el acompañamiento sacerdotal y eclesial consistirá en no convertir ese difícil momento en un motivo para abandonar la comunidad parroquial que los acoge.

En el caso 3, consistirá en alentar su perseverancia.

En el caso 4, consistirá en fomentar en ellos la asistencia a Misa y a diversas actividades parroquiales al mismo tiempo que se les explica, con toda caridad, que la imposibilidad de comulgar se basa en dos cosas: uno, no producir confusión en los demás fieles, independientemente de los seguros que puedan estar ellos en su conciencia subjetiva. Esto se aplica también al caso 2.
Dos, que hay que tener en cuenta que –y no sólo en el caso familiar- las situaciones objetivas de pecado NO son incompatibles con estados subjetivos de conciencia que eximen de culpa, lo cual es una gran calma para los así afectados pero ello NO implica anular la situación objetiva en sí misma.

En los casos 2 y 4, con un discernimiento sobre el estado subjetivo de su conciencia, el sacerdote puede invitarlos a recibir la comunión espiritual, al mismo tiempo que los alienta a realizar el sacrificio de la no comunión física en función del bien común de los fieles y la Iglesia. Y se sigue el acompañamiento ad infinitum.

Muchas de estas cosas se están haciendo hace mucho, especialmente desde que salió la Familiaris consortio en 1981. La pastoral de los divorciados vueltos a casar no es cosa nueva aunque siempre se hace sin publicidad para proteger la intimidad de los fieles.


Y en todos los casos, paz, porque el corazón misericordioso de Dios no tiene límites.

domingo, 17 de abril de 2016

IGLESIA: EL CAOS Y UNA ESPERANZA

Iba a escribir un comentario sobre la Amoris laetitia. Mi intención era interpretarla desde la Veritaris splendor y la Familiaris consortio. Se puede perfectamente. Pero no.

En la Iglesia actual ni siquiera hay consenso sobre las normas de interpretación del Magisterio pontificio.

Yo escribí hace poco sobre “la devaluación del Magisterio pontificio” pero ponía una esperanza en uno de los programas del pontificado inconcluso de Benedicto XVI: su hermenéutica de la reforma y continuidad del Vaticano II.

Pero ese artículo (aunque rozaba todo) se refería más bien a temas sociales

Sobre los temas dogmáticos, hace mucho, mucho tiempo que tampoco hay consenso.  La firme defensa de lo que muchos suponemos la verdadera Fe por parte de Juan Pablo II y Benedicto XVI fue tal vez un momento de olvido: sus documentos como política de “freno” tuvieron tal vez la noble ingenuidad de querer tapar un paradójico sol con un dedo (porque la luz no se encontraba en ese sol).
Tal vez una de las consecuencias buenas del pontificado de Francisco es que ahora nos enteramos del caos que es la Iglesia, desde el punto de vista de los acuerdos básicos doctrinales que debería haber entre los católicos.

Al principio parecía que era cuestión de que “aparecía la Iglesia de Aparecida” frente a la cartesiana teología de Benedicto XVI. Ok. Hasta allí, incluso los más tradicionalistas lo toleraban más o menos (porque, claro, las invectivas francisquistas contra el mercado NO les molestaban en absoluto).

Pero ahora, con la Amoris laetitia, el caos ha explotado por completo.

Inútil es que yo de una interpretación más. La Iglesia católica, desde el punto de vista humano, no es más que otra denominación protestante sólo relativamente unida por ritos y costumbres que se mantienen apenas igual. Lo cual no es ninguna crítica para los protestantes, obviamente, el problema es para los católicos que dicen no serlo.

Ahora, el caos. Por qué, cuál es la solución, etc., en fin, a veces he barruntado algunos diagnósticos, pero también hay tantos diagnósticos e interpretaciones, de absolutamente todo, cuantos católicos hay.

Tal vez algunos sueñen con que después de Francisco vendrá un Savonarola (que termine bien J) a poner orden, etc., pero esas teorías hobbesianas del orden, sin consenso interno, son una ilusión óptica. Lo ideal sería que luego de este tsunami de interpretaciones se volviera a esa época donde el Obispo de Roma era un primus inter pares, pares que a su vez tenían consenso en lo fundamental que incluía escuchar a Roma si había alguna rispidez, mientras cada obispo manejaba él mismo sus problemas locales. Pero esa época está muy lejana también.

Ahora, el caos. Cada uno tendrá que interpretar todo según su conciencia, rezar, y mantenerse fiel a su conciencia, rezando para que sea recta. La Iglesia ha entrado mucho, esta vez, en el lado oscuro de la Luna, hasta que retrospectivamente otros puedan ver la luz que hubo en este período. Pero esa tierra prometida supera cualquiera de nuestras vidas. Nosotros estamos ciegos. Y no es un plural mayestático.

Mientras tanto, una sola y permanente esperanza: las puertas del infierno NO prevalecerán sobre Ella.


miércoles, 13 de abril de 2016

RESPUESTAS A LA EX PRESIDENTE




“Se la pasaron buscando la ruta del dinero K y se encontraron con la ruta del dinero M”

Una ruta no niega la otra, señora……………….



2
“¿Se imaginan si me hubieran encontrado una cuenta offshore?”

Si, lo que pasa es que usted robó fodos públicos, señora…….. Por eso hubiera sido distinto. Comience por aclarar dónde están los fondos de Santa Cruz…………



3
“Quiero que estén todos tranquilos, muy tranquilos; me pueden citar 20 veces más, me pueden meter presa, pero no van a poder callarme”


Eso sí que es una amenaza señora……… J


4
“Como ex presidente he guardado respetuoso y democrático silencio, pero ojo, que la voluntad popular no la tiene que respetar solamente la oposición, el que más tiene que respetar eso es el Gobierno que dijo que no iba a haber ajuste, ni tarifazos y que no iba a devaluar”

Ja ja, en eso tiene razón, señora, hay que decirle eso a Durán Barba. Pero a usted hay que decirle que el ajuste lo provocó su desajuste, el tarifazo su engaño al mantener tarifas subsidiadas, y la devaluación la produjo usted al devaluar al peso con su inflación.

41Votos
5
“No se enojen con sus amigos, ni con sus vecinos, ni con sus parientes, eso no nos sirve de nada. Creo que tenemos que estar unidos”

Claro, dígaselo a sus seguidores que van desde querer fusilar a Lanata hasta golpear a periodistas………. Qué autoridad moral la suya, señora paz y amor…………..


6
“Si pudieran prohibir la letra K del abecedario, lo harían”

What? I CAN´T understand ¡!!!!!!!!!!!!!!

7
“Les propongo conformar un gran frente ciudadano, un frente donde no se le pregunte a nadie a quién votó, o en qué sindicato está, o si paga o no ganancias; que solo se le pregunte cómo te está yendo, si mejor que antes o peor”

OK. ¿Y?

35Votos
8
“El Golpe de Estado a Hipólito Yrigoyen fue convalidado por la Corte Suprema de Justicia; es imposible que haya tanto atropello sin complicidad del poder judicial”

Señora para usted el poder judicial es igual a liberalismo político, y por eso usted nunca lo va a aceptar. Así de simple.
9
“Tenemos tarifazos impresionantes en los servicios y la gente no puede prescindir del agua, el gas y la electricidad”

No, claro, y por eso usted piensa que usted los va a crear de la nada, no?
10
“Hay gente que está convencida que con estas ideas vamos a ir por buen camino, eso me tiene preocupada”

Está bien que se preocupe. Espero que con los años esté cada vez más preocupada.

11
"Ir al supermercado se ha convertido casi en una odisea"

Claro, porque usted no tiene nada que ver con la inflación, no?

12
“La cuenta del gas, la luz, el agua y el supermercado la tienen que pagar los K y los anti K, todos”

¿Y usted no tiene nada que ver con eso no? Claro, porque usted es buena y quiere tarifas baratas, y Macri es malo y quiere tarifas caras. Ah, ok, ahora me queda claro.

13
“Fíjense los que dicen una cosa y hacen otra en las bancas. La democracia exige que cada uno represente el voto que lo llevó a esa banca”


¿De dónde sacó que diputados y senadores son soldados de partidos, señora?
14
“Son graves los problemas que se han provocado en 120 días; nunca he visto tantas calamidades”


Claro, ¡nacieron de golpe!

15
“Que la gente apague la tv, la radio, y no lea los diarios, incluso, sin medios electrónicos, y que cada uno junto a su familia piense cómo estaba antes del 10 de diciembre, cómo vivió los últimos 12 años, qué cosas obtuvo"

Claro, porque si la gente piensa como usted piensa bien y si no, es culpa de los medios, las corpo, los buitres, etc……….

16
"Cuando los dirigentes no respondan, tomen la bandera y marchen adelante; acá no hay salvadores ni mesías"

¿Adelante es ustede, señora?

17
“Algo que me dolió, en El Calafate, pude ver en el supermercado La Anónima, del secretario de Comercio de la Nación, que vendían naranjas españolas, de Valencia”

Uy. Impresionante.
18
“No tengo miedo, ni les tengo miedo. Yo he sido honrada con el voto de ustedes y de muchísimos más. La única responsabilidad como ex mandataria es ayudar a que mis compatriotas vuelvan a vivir un poco mejor”

Si lo cree, señora, me preocupo por usted, y si sabe que miente, también.

19
“Una señora me dijo ayer que debían inhabilitarme de por vida para ejercer cargos públicos. La proscripción otra vez en la Argentina, que poco originales”


Usted lee todo desde 1956 en adelante. La comprendo, pero precisamente por eso estoy en desacuerdo.

20
“Quiero que me traigan a un diputado o a un senador y que me diga en la cara que votó algo porque yo lo obligué”


Usted me hace acordar a un mafioso que tuve que soportar una vez en mi trabajo que se paseaba por las oficinas diciendo “si alguien tiene algún problema conmigo que me lo diga en la cara”.
21
“Esto es una matriz comunicacional, política y judicial que se extiende en toda la región para identificar los proyectos populares con la corrupción”

Claro, porque los proyectos populares son los buenos e inmaculados y los que se oponen, los malos. Ok, otra vez, me queda clarísimo. Su mente es como una película de los años 50 más Marx.


22
"Lo que tenemos que recuperar es la libertad de poder expresarse sin censura”

Oh!!!!!!!!!!!!!!!!!!! Me emociona que lo diga usted, señora!!!!!!!!!!!!!!!!!!

23
“Cuando se me leyó la acusación por asociación ilícita, le contesté: ‘la única organización de la que formé parte fue el Poder Ejecutivo Nacional, como su titular, elegida democráticamente por los argentinos en dos oportunidades consecutivas”


Si usted lo cree………………………….



24
“A muchos le picaron la cabeza diciendo que con la Ley de Medios iban a desaparecer determinadas señales de cable como Todo Negativo y los únicos que desaparecieron fueron todos los demás”


Ok, señora, otra vez: quienes pensamos distinto tenemos picada la cabeza. Ya entiendo.

25
"Quiero que la gente vuele a ser feliz, que tenga libertada, no quiero que una dirigente esté encarcelada, como Milagro Sala, sin saber de qué se la acusa”

¿Sin saber? ¿SIN saber??????????????

26
"Ustedes saben que voluntariamente renuncié a tener fueros. No los necesito, tengo los fueros que me dio el pueblo en 12 años, en dos elecciones consecutivas"


El pueblo no da fueros señora. La única autoridad que existe es la moral y esa no la da ningún pueblo.

27
“La palabra traición es fuerte, no me gusta emplearla. Creo que hay muchos que tienen miedo a que le hagan algo; (no voy a decir carpetazos)”

¿Y usted cree que las lealtades que usted tenía eran auténticas? ¡Cuántas cosas extrañas que usted cree, señora!!!!!!!!!!!!!!!
28
“Sin la libertad es imposible soñar y los argentinos en estos 12 años hemos sido plenos de sueños pero también de realizaciones. Los argentinos se merecen ser cuidados”

Usted hablando de libertad ¡!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!! En cualquier momento lo cita a Hayek………………


29
“La situación de las economías empeoró, porque la megadevalución impactó negativamente en los cotos internos de los pequeños productores y lejos de ayudar, los coloca lejos de competir”

Mi estimada gran economista: inútil decirle que la devaluación la causó usted con su inflación, no?

30
“Siento que el pasado no ha atrapado nuevamente y les propongo, con inteligencia, que seamos capaces de conformar un gran frente ciudadano”

Es libre de proponer lo que quiera, señora, para que cuando usted sea gobierno de vuelta nadie pueda proponer nada.



31
“No vine para dividir a los argentinos, al contrario, durante tantos años, millones pudieron expresarse sobre esta presidente y sus políticas, porque vivíamos en libertad. Quiero volver a recuperar, para todos ustedes, la libertad”


La verdad, la escucho y me recuerda a John Locke.

32
“En 2013 Macri me dijo que podía pasar a al historia si eliminaba las retenciones”

Hubiera seguido el consejo.

33
“Hay ideas y políticas que corregir; y me parece que el Congreso, por Constitución, por compromiso, y sus dirigentes, tienen la obligación de hacer esas correcciones para que la gente vuelva a ser feliz”


La felicidad no está en manos de los gobiernos.


34
“El frente ciudadano debe requerirle al Congreso que se convierta en una escribanía del pueblo”


O sea, suya.

domingo, 10 de abril de 2016

PRÓLOGO DE GUSTAVO HASPERUÉ AL LIBRO "ECONOMÍA PARA SACERDOTES"

http://www.amazon.com/Econom%C3%ADa-para-sacerdotes-racionalidad-Biblioteca-ebook/dp/B01CAGV11I




Las enseñanzas de la Iglesia en materia moral incluyen cuestiones económicas y no es raro que sacerdotes, religiosos y laicos con formación teológica y filosófica expresen opiniones sobre cuestiones de economía desde su propia inspiración cristiana. La caridad nos impulsa a buscar una sociedad más justa en la que todas las personas tengan la oportunidad de lograr su desarrollo y plenitud, y buena parte de los problemas que enfrentamos para el logro de ese ideal son de índole económica o al menos tienen una clara dimensión económica. Todo esto es muy comprensible y estaría muy bien si no fuera porque, en general, no existe una buena relación entre los religiosos y la teoría económica. La educación económica no se suele incluir en la formación de los seminaristas o religiosos ni en las facultades de teología. Salvo excepciones, se desconfía de una disciplina que tiene la imagen de ser fría y poco humana, de reducir al hombre a una caricatura llamada “homo economicus”, y de resistirse en nombre de la neutralidad científico-técnica a todo juicio de carácter moral. Para complicar las cosas, el tipo de economía que predomina hoy en los claustros universitarios ya no es el de aquella disciplina humanística que surgió de la filosofía moral y se distinguió de la misma sin oponerse sino su variante neoclásica, matemática, con su tendencia a concebir de modo casi mecánico los procesos de mercado.

La visión mecanicista dominante no suele profundizar en los aspectos epistemológicos ni en los supuestos antropológicos que serían precisamente el lugar en el que podría darse un  diálogo fecundo entre economía, filosofía y teología. Y se extiende así en los ámbitos religiosos, aunque no exclusivamente, la idea de que la economía es una suerte de tecnología que debería intervenir en los procesos sociales aplicando soluciones técnicas para problemas como la pobreza o el desempleo. Los religiosos suelen formarse una opinión ética sobre tales propuestas a partir de la supuesta intención de los agentes y los fines que dicen buscar, pero no entran en el análisis del proceso de mercado que les permitiría evaluar las consecuencias no intentadas que surgirán a pesar de la voluntad de los ingenieros sociales.

El libro que ahora presentamos tiende un puente entre la visión cristiana de la vida y la concepción clásica y humanista de la economía que hunde sus raíces en la escolástica española, se desarrolla en el ámbito de la escuela escocesa y es cultivada hasta nuestros días por la escuela austríaca. En un esfuerzo por hacer accesibles a quienes tienen formación teológica los conceptos fundamentales de la economía, los autores muestran cuál es el lugar propio del análisis económico y en qué medida debe ser tenido en cuenta para un juicio ético relevante sobre los fenómenos sociales. Este libro no modificará el compromiso de los creyentes ni su opción preferencial por los pobres pero seguramente los llevará a replantearse su visión de la economía y de los medios más adecuados para lograr el desarrollo humano.

Gustavo Hasperué

Instituto Acton

martes, 5 de abril de 2016

REFLEXIONES SOBRE EL LLAMADO “AJUSTE”.


Los preconceptos con los cuales la opinión pública mundial, y argentina en particular, enfrentan estos procesos, son tan absolutamente ignorantes del tema de la escasez que sencillamente lo falsean.

Nuestros actuales horizontes culturales tienden a pensar que todo depende de la buena voluntad de los gobiernos. Por ende, los gobernantes se dividen en buenos y malos. Los gobernantes buenos bajan los precios, suben los salarios, crean empleo, ayudan a los pobres. Luego están los malos, que dejan a las pobres gentes libradas a su suerte, al dominio de empresarios inescrupulosos, a las espantosas multinacionales, el FMI, etc., y hacen eso porque la gente no les importa, porque defienden sólo a los ricos y porque no tienen sensibilidad social.

Los gobiernos buenos, por ende, gastan. Como hay que redistribuir la riqueza, lo hacen: crean empleo público, subsidian a los que tienen menos, bajan las tarifas de los servicios públicos, suben los salarios, etc. Cuando la gente mala se enoja por todo ello, entonces tratan de que los buenos dejen el poder. Y si lo logran, cuando suben, entonces “ajustan”, porque son malos. Echan gente, suben las tarifas, cortan los subsidios, y gozan de todo eso cual perversos sádicos que absorben despiadados la sangre del pueblo.

Me van a decir: nadie lo dice así. Claro, así dicho, nadie, lo mio es una hipérbole, una caricatura, de creencias muy arraigadas que se observan en periodistas, políticos, sindicalistas, etc., que hablan todo el tiempo de la redistribución del ingreso y de la acción del estado, y que cuando hablan de quienes no piensan como ellos los tiñen verdaderamente de inmorales, malvados e insensibles.

Todo esto implica ignorar de manera radical el problema de la escasez. Hasta hoy mismo he leído por millonésima vez –en una persona culta y renombrada- que Argentina es un país muy rico. No, la riqueza no consiste en recursos naturales, sino en ahorro, capital e inversión. Y ello no se crea de la nada. Los bienes y servicios que salen del ahorro y etc. radicamente NO existen antes del proceso de ahorro e inversión.

Los gobernantes que creen que ellos son los buenos que van a crear riqueza se enfrentan inevitablemente con este dilema. Pueden aumentar los salarios por decreto, pueden aumentar el empleo público, pueden subsidiar tarifas y pueden dar todo tipo de ayudas materiales a los sectores más pobres pero, para hacerlo, viene el tema del financiamiento. Una de las primeras fuentes es aumentar los impuestos a la renta, para sacar a los ricos y dar a los pobres, hasta que, claro, los pobres mismos pagan impuesto a la renta y la presión impositiva es tal que corta de raíz el ahorro que es la clave para aumentar los bienes y servicios.

La segunda, ultrarecontraclásica, y para colmo sacralizada por los economistas que no entendieron a Mises, es aumentar la emisión monetaria. Con ello producen inflación, con lo cual suben los precios, bajan los salarios reales, baja el ahorro, se reducen las inversiones, aumenta la pobreza, etc. Pero no, lo niegan totalmente: son los formadores de precios, son los empresarios malos, es el capitalimo, es la Trilateral Comision, los judíos, etc. Pero la verdad que no quieren reconocer es que la inflación es el impuesto más cruel de todos y la política antisocial más terrible que la ignorancia de la escasez produce.

La tercera es la deuda pública. Puede durar décadas, pero, desde luego, siempre se paga al final, con cesación de pagos, fuga de capitales y, nuevamente, la pobreza y miseria que ello produce. Mientras tanto, es como si viviéraos del aire. Yo también puedo comprarme un yate y hacer allí mi próxima reunión de cumpleaños con 2000 personas y, para ello, me endeudo hasta la coronilla. Pero luego tengo que pagar la deuda. Miren si hiciera pagar la deuda a los 2000 amigos que asistieron, quitándoles todos los meses de sus salarios. Pues bien, eso es lo que hacen los estados.

Cuando todo esto explota, o está por explotar, entonces hay que enfrentar la realidad. Si no se frena la inflación se llega a la hiper y el colapso total del sistema financiero y monetario. Los precios, de bienes, tarifas y servicios, son los que son, o sea, altos después de todo ese proceso. Las divisas extranjeras son caras en relación a la moneda local. No se trata de que gobernantes malos suban las tarifas: son altas. No se trata de que gobernantes malos creen desempleo: ya lo había pero vivían de salarios financiados por inflación e impuestos que ya no pueden seguir. No se trata de que el malo va a devaluar: la divisa extranjera YA está davaluada.

Pero no. La opinión pública en general cree que un malo es el que va a despedir, aumentar, davaluar, etc., y que si hubiera sido bueno no lo hubiera hecho.

Pero no, no hay buenos y malos. Hubo gente equivocada que pensó que podía crear riqueza de la nada y financió su sueño con inflación, impuestos y deuda. Y hay gente igual de preocupada por el bien común que se da cuenta de que así no se puede seguir. Listo. En ambos casos, la escasez manda.

Esto NO es una defensa de ESTE gobierno. Las cosas podrían estar hechas mejor. Pero sí es una advertencia de la ingenuidad política y económica de gran parte de los argentinos.

Para colmo, tímidas admisiones de la realidad son colocadas como “la economía de mercado”, y el mercado queda identificado con la maldad que, se supone, es la causa de que las cosas sean escasas. El mercado libre es precisamente lo que procuce incentivos para el ahorro, la inversión y, de ese modo, el aumento de salarios reales, de empleo y la baja progresiva de los precios de todos los bienes y servicios. Que Argentina haya creado un estado gigante e insostenible cuyo precio es el llamado ajuste, no es precisamente responsabilidad del mercado libre que nunca existió.

Es más: el costo social del estatismo es aquello de lo que nunca se habla. No es que el estado “bueno” produce riqueza y que el mercado “ajusta” y produce pobreza. Es el estatismo el que baja la riqueza conjunta y conduce a las situaciones indiganantes de pobreza, miseria, marginalidad, villas miserias y demás problemas sociales en los cuales está sumergida casi toda América Latina. Salir de ello no es un costo social, es un progreso social: el costo estuvo antes, no después.

Esto es tan ignorado que buenas personas que han tratado de corregir el rumbo han quedado en Argentina poco menos que innombrables. Una persona proba y honesta como Alvaro Alsogaray ha quedado ridiculizado y denostado para siempre por peronistas, sindicalistas, radicales, periodistas, socialdemócratas, etc., que además han creído verdaderamente que era “malo”. Se rieron de su famoso pasar el invierno, y ese rechazo nos ha costado 30, 40, 50 inviernos más. Lo mismo pasó con Celestino Rodrigo, quien tuvo que soportar el oprobio de su nombre, al hablar todos del “rodrigazo” cuando lo único que hizo fue decir: miren, estos son los precios que realmente hay.

El progreso no consiste en echar gente del estado y mantener igual casi todo lo demás. Tampoco consiste en dejar de pagar los sueldos de gente inocente cuyos puestos eran artificiales. El progreso es crear las condiciones de mercado libre. Es eliminar todos los ministerios, secretarías y legislaciones estatales que están en contra del funcionamiento del libre mercado, de lo cual este gobierno parece estar lejos. La cuestión no es nombrar a un secretario de comercio honesto donde antes estaba una bestia: la cuestión es eliminar la secretaría de comercio. Porque la causa de que los ministerios y secretarías funcionen mal NO es la corrupción. La causa es su misma existencia.


Yo no soy de esos filósofos que comienzan a decirles a los gobernantes cómo deben comportarse en períodos de crisis y cambios como el que enfrentamos. No quisiera estar en sus zapatos y lo más probable es que sea otro incapaz como muchos. Pero sí consiste mi función en advertir a una mayoría de argentinos sobre la ingenuidad de sus planteos. En seguir diciendo que nunca hubiéramos llegado a esta situación si no hubieran apoyado masivamente a dictadorzuelos espantosamene ridículos que muchos consideraron “buenos” contra el mercado “malo”. “Malo, malo el mercado”. Como niños. Dramáticamente niños.

domingo, 3 de abril de 2016

EL CONOCIMIENTO EN SANTO TOMÁS Y SU RELACIÓN CON LOS PROBLEMAS GNOSEOLÓGICOS ACTUALES




(Anexos 3 y 7 de los puntos 15 al 27 de mi Comentario a la Suma Contra Gentiles).

1. Sujeto, objeto y mundo

Se habrá observado que cuando habla del conocimiento en Dios —igual que cuando habla del conocimiento en el ser humano—, Santo Tomás no se plantea el problema del conocimiento como lo hacemos hoy. Santo Tomás da por supuesto que “hay” conocimiento; no se plantea “el problema” de cómo y si y en qué medida y de qué modo el sujeto conoce el objeto. Que ese problema haya sido planteado por Descartes es totalmente comprensible en la época de Descartes. (O sea, como diría Ortega, “en torno a Descartes”). Pero hoy es cuestión de replantear el problema; problema que algunos tomistas han asumido e intentado resolver en los términos dejados por Descartes. Esto es: que “la realidad del objeto” es evidente para el sujeto; que no hay necesidad de demostrar que el mundo externo existe. Pero eso sigue manteniendo los términos del problema —sujeto, objeto, mundo— como mundo físico externo al sujeto.

Pero es la misma noción de “yo soy” cartesiana la que permitió a Husserl ir hacia el “nosotros somos” de la inter-subjetividad, y, con ello re-plantear la misma noción de “mundo”. “Mundo” ya no es la cosa física externa, sino el conjunto de relaciones intersubjetivas en las cuales primariamente vivimos. “aquello que primero cae en la inteligencia” es el mundo, como intersubjetividad. Para poner el famoso ejemplo de Schutz, que es el más didáctico[1]: el ser humano no conoce primariamente los objetos materiales de un aula, un juzgado o una iglesia, sino que lo que vive primariamente es su mundo de la vida: las relaciones entre las personas que determinan que la realidad vivida sea un juicio, una ceremonia religiosa o una clase, y sin embargo sus elementos materiales —bancos, escritorios, sillas, luz, aire, etc.— pueden ser los mismos. Eso es “ser en el mundo”, y esa realidad como relaciones entre personas se fundamenta perfectamente en la noción de persona de Santo Tomás y en la conducta intencional, por un fin, y por ende en los fines de cada interacción social[2].

Todo esto cambia totalmente la noción de conocimiento y permite comprender por qué Santo Tomás no se plantea el conocimiento como nos lo planteamos hoy: no era necesario. Fue necesario después del siglo XVI. Lo que hizo Decartes fue totalmente comprensible, pero ya podemos re-plantear la cuestión; eso sí, manteniendo una sana herencia cartesiana: “el yo”, que no se abandona sino que pasa al “nosotros”.

Esto es: el esquema cartesiano y pos-cartesiano del conocimiento es este:



Este es el esquema que ha originado todos los dolores de cabeza de la filosofía pos-cartesiana. ¿Cómo sabe el sujeto que el objeto es real? Tiene al famoso “punte” que cruzar; en ese puente se encuentra con una supuesta “idea” del objeto que lo re-presenta y entonces nace la típica pregunta: ¿cómo sabemos que la idea re-presenta “verdaderamente” al objeto; que no tiene respuesta así planteada? La realidad se reduce además a la cosa física externa.

En cambio, el mundo como intersubjetividad corta con todo ello:




O sea: la persona está en el mundo (intersubjetivo); “está en” no tiene ningún puente que cruzar y es su vivencia fundamental (= conocimiento, comprensión); no tiene ningún objeto que “re-presentar” de vuelta. Con lo cual todo se replantea nuevamente:
-          lo que antes era sujeto ahora es persona;
-          lo que antes era objeto ahora es mundo;
-          lo que antes era objetivo ahora es inter-subjetivo;
-          lo que antes era realidad externa ahora es mundo inter-subjetivo;
-          lo que antes era subjetivo ahora es personal.

Y todo ello perfectamente fundado en la noción de persona humana de Santo Tomás (que profundizaremos en el comentario al libro II). Conocer, por ende, es vivir-en, estar-en, y por tanto comprender lo vivido.

Así se supera hoy el famoso obstáculo de la negación del conocimiento de las esencias, según Kant. Dicha negación solo se entiende en el contexto del debate Descartes-Hume-Kant. Por lo mismo, lo que Kant está negando es algo que tiene mucho que ver con la noción de “objeto” en el planteamiento cartesiano y poscartesiano. En dicho planteamiento, el objeto de conocimiento, como res extensa, se matematiza, es cantidad; puede ser “totalmente” conocido según la geometría analítica y, por lo demás, tiene a Dios como su garante de claridad y distinción. Cuando Kant niega todo esto, niega por lo mismo que haya una “cosa en sí” que pueda conocerse “totalmente”.

Cambiando, como vimos, todo esto por el mundo de la vida, la dialéctica entre cosa en sí (como objetivo) y ser en mí (como subjetivo) desparece. Ya no hay un sujeto que pueda conocer un objeto que sea independiente del mundo de la vida, y ya no hay un objeto que sea “subjetivizado” como si la realidad desapareciera en las concepciones arbitrarias de un sujeto pensante. Lo que hay es intersubjetividad, en la cual y a partir de la cual las cosas físicas son humanamente conocidas: los artefactos, porque son fruto del mundo intersubjetivo, que es lo mismo que decir cultural; las cosas físicas, no humanas, porque son conocidas en y desde esa intersubjetividad; y las conjeturas de la físicia occidental, que son un producto cultural también. Pondré un ejemplo que habitualmente utilizo: ¿Qué conoce un ser humano del agua? Lo humanamente cognoscible dentro de su inter-subjetividad: que moja; que implica sequía o inundación; que sirve para beber; bañarse o lavar; que es aquello sin lo cual se puede tener sed; que es el río Nilo o una botella de agua, que es divina o no, que es H2O o uno de los cuatro elementos. Que sirva para beber y cosas así son las experiencias humanas más simples y con posibilidad de ser compartidas en todos los horizontes humanos. Esto es:







Como se puede observar, algo del agua es humanamente cognoscible (lo cual entra dentro de las posibilidades humanas de conocimiento desplegadas en la intersubjetividad), y ese “algo” es el conjunto marcado por la intersección, mientras otros aspectos, fuera de nuestras capacidades humanas de conocimiento, no serán conocidos; pero el “algo del agua conocido” deriva antológicamente de lo que el agua es (creada y conocida absolutamente solo por Dios) que no depende a su vez de que sea conocido por el ser humano. Por tanto, se conoce siempre “algo de la esencia”, lo humanamente cognoscible, lo cual concuerda con lo que Santo Tomás considera que es el objeto del intelecto humano en estado de unión con el cuerpo, la quiddtas rei materialis, pero, recalcamos, en estado de unión con el cuerpo[3]; cuerpo que, en Santo Tomás, es unión de forma espiritual y materia (veremos eso después); coincidiendo ello con el “cuerpo viviente” (leib) en Husserl[4]; y que es esencial para el apercibimiento del otro en tanto otro; o sea la intersubjetividad; es decir que Santo Tomás presupone ya en su momento que las captaciones del intelecto son en situación de intersubjetividad. Todo lo cual, volvemos a decir, supera las negaciones kantianas del conocimiento de la esencia, a la vez que supera también un realismo de un “objeto” sin inter-subjetividad.


3.2. Verdad

En todo lo que venimos diciendo presuponemos el tema de la verdad. Hemos visto en su momento el sentido de verdad lógica y ontológica en Santo Tomás, pero ahora debemos complementarlo con el problema de la verdad como re-presentación.

Esto tiene mucho que ver con todo lo que hemos planteado en el caso del conocimiento.
La mayoría de las objeciones pos-kantianas al tema de la vedad como adecuación a la realidad no tienen que ver, obviamente, con el contexto creacionista en el que Santo Tomás había planteado el tema en De veritate, que ya hemos comentado. Tienen que ver precisamente con el esquema sujeto-objeto pos-cartesiano, donde la idea queda como la idea-copia que re-presenta a la realidad:

Sujeto/idea-objeto/(cosa real). Porque si la idea queda como “lo conocido”, entonces el alejamiento de la realidad es inevitable:




Como vemos, en ese caso el sujeto conoce la idea como lo conocido, y el objeto queda fuera de su campo de conocimiento. Claro, la idea es entonces una idea-copia (un signo como cualquier otro, instrumental), pero entonces, ¿cómose sabe que la idea re-presenta verdaderamente al objeto? Esto implica re-trotraer la pregunta ad infinitum. Si la adecuación con la realidad presupone una verdadera re-presentación, esa representación “verdadera” ¿a qué realidad es adecuada?

Para responder a esto, el tomismo actual[5] parte de la distinción que hace Santo Tomás entre signum quo[6] y signum quod. El primero es aquello a través de lo cual conocemos la cosa; el segundo es la cosa conocida. Santo Tomás se refiere al concepto (objetivo) no como a lo conocido, sino aquello a través de lo cual conocemos lo conocido; el tomismo actual llama a eso signo formal. ¿Es esto correcto? Si, en la medida que hayamos partido ya de un presupuesto realista. Esto es: si conozco a Juan, pre-suponiendo que Juan es real, entonces es obvio que todas las ideas, imágenes y conceptos de Juan que pueda tener in mente son Juan mismo en tanto conocido; y si a eso queremos llamarlo signo formal, de acuerdo, porque obviamente ese “en tanto conocido” quiere decir que conozco al Juan real a través de la intencionalidad real de “lo pensado”. (Unión Aristóteles-Santo Tomás-Fregue-Brentano-Bolzano-Husserl).

Pero ¿por qué presuponemos que Juan es real? La respuesta está en la ya aludida inter-subjetividad. La realidad de Juan es innegable, una vez que tenemos un compromiso existencial con él. Entonces podemos inferir cómo lo conocemos, no si lo conocemos. Esto es: la verdad tiene su fundamento último en Dios y (pero) su fundamento inmediato en la inter-subjetividad.

En ese sentido, volvemos a lo anterior: ya no hay un mundo externo al que adecuarse, y en tal sentido la verdad como adecuación a la realidad debería ser re-definida. Lo que hay es un mundo inter-subjetivo, en el que estamos. En ese “vivir en” la verdad es captada como con-comitante al mundo vivido. Por ejemplo: usted está leyendo este libro en este momento. Si un amigo se le acerca y le pregunta qué está haciendo, y usted le contesta “leyendo un libro”, con eso basta; no es necesario que le diga “es verdad que estoy leyendo un libro”. En cambio, si su amigo le responde que no lo está haciendo, entonces usted dirá seguramente: “sí, es verdad que estoy leyendo un libro”, como re-afirmando la experiencia de mundo que en ese momento está teniendo usted. En tal sentido, la verdad, más que una adecuación, es la expresión del mundo de vida habitado, cuando esa expresión es necesaria y pre-suponiendo condiciones discursivas de sinceridad en el enunciado. Por eso, según el Evangelio, Jesús decía muchas veces: “en verdad, en verdad os digo que…”: para reafirmar lo que predicaba ante una audiencia incrédula.

Lo más interesante de esto es que, de este modo, la verdad implica siempre una re-flexión intelectual sobre el propio juicio. La verdad no es otro jucio, sino captar que el juicio emitido expresa el mundo y esa captación implica un “ver de vuelta” al juicio, lo cual sería imposible si la inteligencia fuera algo solamente físico, porque lo físico no puede re-flexionar sobre sí mismo. Y por eso la verdad es una expresión meta-lingüística y no parte del mismo juicio. Si se quiere analizar cuál es el sujeto y cuál el predicado de “estoy leyendo un libro”, es obvio que el sujeto tácito soy yo y lo demás es el predicado; pero si digo “es verdad que estoy leyendo un libro”, el “es verdad” no forma parte del sujeto ni del predicado, sino es un meta-enunciado sobre el enunciado mismo:




Como decimos, esa expresión metalinguística es en general tácita y está captada por el intelecto, en un acto reflexivo, que revela su naturaleza no corpórea[7].

La cercanía o lejanía al mundo habitado es lo que implica un mayor grado de credibilidad del enunciado que afirma la verdad. El que habla del mundo que habita, que conoce, habla con verdad, con mayor radicación en su realidad intersubjetiva y, por ende, con mayor credibilidad para quien no habite ese mundo,

A la verdad se llega, cuando hay dudas sobre ella, mediante el diálogo. El diálogo no es la condición ontológica de la verdad; su condición ontológica es el mundo intersubjetivo creado por Dios. Pero el modo humano de llegar a la verdad es el diálogo. La verdad solo se entiende cuando es aceptada por medio de la comprensión intelectual, y dicha comprensión nada tiene que ver con la violencia, ni tampoco con la violencia liguística, ni con el miedo ni con los premios, ni con argumentos meramente persuasivos. El derecho a la ausencia de coacción sobre la conciencia, en todo lo que implique verdad, tiene que ver con esto precisamente. Y las condiciones de diálogo de Habermas deben ser entendidas en esta perspectiva, con total independencia del neokantismo del autor. Lo mismo cabe decir de la actitud crítica en Popper..

Todo esto es muy importante, porque en la cultura y filosofía del siglo XX el diálogo y la verdad parecen haberse desencontrado. Los que tienen certeza de estar en la verdad no parecen ser muy propensos al diálogo; y al revés: los que están abiertos a la comprensión del otro sospechan que ello no es compatible con las certzas. El choque de horizontes —en ese caso, entre neokantismos, pos-modernismos (que no son lo mismo) y diversas corrientes neoescolásticas— es harto conocido para reseñarlo ahora[8]. Pero, como vimos, no tiene razón de ser. Las condiciones de diálogo, desarrolladas por filósofos neokantianos como Popper, Habermas o Apel, son a la vez, en sí mismas, un derivado de las condiciones del trato digno a la persona y su naturaleza racional, cuyo fundamento último está en la persona como imago dei. Es más, la desconfianza de encontrar la verdad es una amenaza para el diálogo: si el que dialoga lo hace desconfiando de la verdad, ¿qué hará cuando la encuentre? ¿Dejar de dialogar? El diálogo, por lo demás, va más allá de la sola negociación, y menos aún tiene algo que ver con muros de contención de una destrucción potencial. El diálogo es una actitud de respeto y convivencia, que nace del convencimiento profundo de no invadir la inteligencia y la voluntad del otro; de que el otro, por, ende tiene una esfera íntima a la cual solo se puede acceder mediante su permiso, cuando el otro percibe precisamente respeto y comprensión de nuestra parte. Ello también tiene profundas consecuencias en filosofía política, donde el respeto a la libertad de conciencia, la libertad religiosa, el derecho a la intimidad, la objeción de conciencia, etc., son derivados coherentes de las doctrinas de Santo Tomás sobre el derecho natural[9].

Pero además, todo esto que hemos visto de la verdad como manifestación del propio mundo de la vida nos da la pauta para recuperar la verdad frente a cualquier escepticismo. No porque sea esto una re-edición de las teorías fundacionistas de la verdad; es decir, no porque el mundo de la vida sea un punto de partida como un punto cero de apoyo de una palanca de Arquímedes gnoseológica —como intentó serlo en su momento el yo cartesiano—, sino porque el mundo de la vida es el re-descubrimiento del camino por el que vamos avanzando en actitud natural. La teoría sobre ese mundo de la vida es la filosofía, que se apoya por tanto  en una reflexión sobre las viviencias más profundas de la vida (sobre todo, el amor verdadero). Por eso la filosofía presupone una vida buena —no una buena vida—, donde las experiencias vividas de amor al prójimo nos conduzcan a redescubrir todas las consecuencias ontológicas de mirar al otro en tanto otro. Por lo mismo, el conocimiento moral por connaturalidad es condición necesaria, mas no suficiente, para la filosofía y, sobre todo hoy, para la vuelta a la filosofía y su armonía con la fe. En última instancia, para no ser escéptico hay que haber despertado del sueño y la anestesia de una existencia in-auténtica que nos sumerge en el odio, la indiferencia, la vanalidad, el olvido del otro. De igual modo que no puede amar a Dios quien no ama a su prójimo, a quien ve, no puede estar en el camino a la verdad quien no tiene siquiera conciencia de estar radicalmente olvidado de su prójimo. Aquí sí, la famosa pala de Wittgenstein se quiebra. El comienza su libro Sobre la certeza diciendo: dime que tienes una mano y te concederé todo lo demás; pero tendría que haber dicho “dime que tienes un amigo y te concederé todo lo demás”, en cuyo caso el libro hubiera terminado allí.[10]






[1] Schutz, A. On Phenomenology and Social Relations; University of Chicago Press, 1970, p. 197.
[2] Nos hemos detenido en ese tema en Zanotti, G.: “Intersubjetivity, Subjetivism, Social Sciences, and the Austrian School of Economics”, en Markets & Morality (2007), vol. 10, number 1, 115-141.

[3] I, Q. 84 a 7c.
[4] En Ideas… Second book, Kluwer Academic Publishers, 1989.
[5] Ver Llano, op. cit., y Metafísica y lenguaje, Eunsa, Madrid, 1979.
[6] Suma Teològica I, Q. 85 a. 2.
[7] Llano, op. cit., p. 181.
[8] Ver Leocata, F.: Estudios sobre Fenomenología de la praxis, Proyecto, Buenos Aires, 2007. Para las obras de Leocata on line, ver www.franciscoleocata.com.ar
[9] Ver García López, J.: Los derechos humanos en Santo Tomás de Aquino, Eunsa, Pamplona, 1979, y Fuenmayor, Amadeo de: La libertad religiosa, Eunsa, Pamplona, 1974.
[10] Wittgenstein, L.: Sobre la certeza, Gedisa, Barcelona, 2000.