domingo, 3 de junio de 2012

SOMOS TAMBIÉN NUESTRO INCONSCIENTE

De vuelta....



Ultimamente estoy insistiendo mucho, en mis clases de filosofía, en que "somos también nuestro inconsciente". No es una buena noticia, en general, lo cual muestra que el tema es mucho más arduo de lo que parece.
Uno de los capítulos de Dr. House de la temporada 4, el Nro. 5, tiene como paciente a alguien que padece de una amnesia tal que intenta llenar los huecos de su memoria con la gente que tiene alrededor. Lo interesante, a efectos narrativos, es que "lee en lo más profundo" de sus interlocutores, de tal modo que el resultado es muy curioso: en segundos, los médicos que lo atienden se ven expuestos a lo que sería el resultado de largo tiempo de terapia psicoanalítica, esto es, parte de lo más profundo de sí mismos. El resultado es la negación consciente, desde luego, excepto House, cuyo narcisismo lo protege de dicha negación.
El problema radica en dos significados diferentes del "yo" que aún no han sido conciliados teoréticamente. Una cosa es el yo como la esencia individual; otra cosa es el yo como función de la psiquis. Ambos no son contradictorios y deben ser combinados, aunque aún ese trabajo no se haya hecho.
Para Freud el yo es una función de la psiquis, es un piloto, débil aunque consciente, que tiene que equilibrar las poderosas fuerzas de las alas llamadas super-yo y ello (ambos pueden ser parte del inconsciente). La forma más simple de verlo es simbolizarlo con Viaje a las Estrellas, la serie original. Kirk es el yo, McCoy el ello y Spock el súper-yo. Lo que no encaja es que el capitán Kirk no es débil: maneja bastante bien a su médico y a su primer oficial, que obviamente se pelean permanentemente. En realidad para que la analogía encaje Kirk debería ser reemplazado por cualquiera de los personajes que protagoniza Woody Allen.
Pero el yo, como esencial individual, como nuestra identidad más profunda, abarca a los tres. Somos esa pulsión originaria que éramos cuando niños, somos ese perverso polimorfo (palabras de Freud) que "éramos" cuando niños, y que luego, con ineludibles precios, tuvimos que re-adaptar a nuestro marco cultural, so pena de terminar perversos o psicóticos cuando adultos (no son calificativos morales, sino de estructura de personalidad según Freud). Los precios que pagamos son las neurosis, esto es, las formas adaptadas, sustitutivas, de las pulsiones originarias. Esas neurosis forman parte, sí, de la privación más que del ser, en términos escolásticos, pero, precisamente, en dichos términos, inciden decididamente en el comportamiento personal.
Ya grandecitos, cuando hemos dejado de ser el perverso polimorfo, her majesty the baby, "tan lindo él" :-)), somos (la analogía es de Freud) como la Roma actual en la cual está también, viva, la Roma antigua, al mismo tiempo. Si hemos tenido suerte, nuestras neurosis son llevaderas y hasta podemos llegar a ser "una buena persona" que hasta tratamos muy dulcemente a todos precisamente como defensa del niño que está profundamente dentro, vivo y gritando, que quiere matar a todo el mundo (y a uno en particular) que le quiera sacar a la madre. Somos ese niño, también, pero no nos damos cuenta y no queremos serlo. Está allí, supuestamente lejos, silenciado bajo toneladas de negaciones, y podemos circular así por la vida hasta que un día el niño aparece y el Sr. Spock ya es incapaz de frenar el motín a bordo del Dr. McCoy. Kirk no sabe qué hacer (el yo), la nave pierde el control, nos estamos cayendo y mientras tanto seguimos diciendo "estoy bien, estoy bien.....".
La terapia consiste en que tomemos progresiva conciencia del niño y de la forma sustitutiva (neurosis) que hemos necesitado para re-adaptarlo. Con esa progresiva conciencia, lograremos re-direccionar esa fuerza originaria, no eliminarla ni taparla.
Pero en general esto no sale porque no queremos saber que somos ese niño, y ello incluye el rechazo social profundo a cualquier cosa que filtre ese niño sin sus adaptados sustitutos. Se dice que Freud escribió en una época victoriana en la cual las normas para lo sexual eran muy estrictas, presuponiendo que ahora, entonces, no habría por qué tener problemas. Ello es muy ingenuo. Antes toda la furia social iba contra el sexo pre-marital; ahora va contra el sexo no consentido. Pero la incomprensión de las profundas e intrincadas causas inconscientes de nuestra conducta y de la ajena sigue siendo la misma. La condena moral a cualquier conducta (NO dije persona, dije conducta) que transgreda los 10 Mandamientos la doy por descontada, pero el asunto es por qué es tan difìcil cumplirlos, o qué tanto de libre albedrío queda en alguien cuya nave se ha ido a pique, abandonada a la madeja de pesadas neurosis nunca tratadas y siempre negadas. La misericordia, el perdón, la comprensión, el no juzguéis y no seréis juzgados, pasa también por conocer un poco más lo intrincado de nuestra psiquis, y cuán necesario es su cuidado para que finalmente el yo como esencia individual, como llamado, como vocación, como la persona que Dios llamó a la existencia, pueda surgir cual ave fénix después de admitir que, después del pecado original, her majesty the baby ha dejado de ser el lindo nene para convertirse en esa bomba de tiempo ante "la mirada de los otros": "¿Y a este qué le pasa?".
En esta época de supuesta "liberación de las represiones", en este época de "yo hago lo que quiero" (excepto, claro, votarla a Cristina para que te diga qué hacer con el dolar :-( ), todo esto se sigue desconociendo. Es más, esa supuesta vida "liberada" no es más que otro conjunto de negaciones más sutiles. No, no haces lo que quieres porque quieras ser madre aunque los bigotes de varón te salgan por el ombligo, ni haces lo que quieres porque vivas en la venganza permanente, ni haces lo que quieres porque creas que haces lo que quieres (existencia inauténtica). Haces lo que puedes. Ojalá lo supieras para, verdaderamente, ser libre, esto es, encontrarte a tí mismo.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya que hicimos borrón y "cuenta nueva", vuelvo a insistir sobre:

"La condena moral a cualquier conducta (NO dije persona, dije conducta) que transgreda los 10 Mandamientos la doy por descontada"

¿Que tienen que ver los 10 mandamientos en esto?

Y también:

"después del pecado original, her majesty the baby ha dejado de ser el lindo nene para convertirse en esa bomba de tiempo ante "la mirada de los otros""

¿Qué entiende HOY la tradición cristiana por "pecado original"? F.P.

Gabriel Zanotti dijo...

Hello F.P.!!!
Lo de los 10 Mandamientos lo aclaré por si alguno piensa que me he hecho un relativista moral, dada mi comprensión psicoanalítica de TODA conducta.
Lo del pecado original es la misma creencia de siempre, lo podés ver en el Catecismo de la Iglesia Católica. Yo siempre lo nombro porque creo que es la explicación religiosa de las dificultades de la evolución del aparato psíquico que Freud describe desde sus propias investigaciones.

Anónimo dijo...

Ok, Gabriel, pero... ¿como hacés para conciliar la no-bajada de línea moral del psicoanálisis con la ferrea bajada de línea moral de la iglesia? ¿Vos querés decir que adherís a la teoría psicoanalítica como modelo explicativo de tales o cuales patologías pero no como método terapeutico?

Y sobre el pecado original... supongo que no estamos hablando todavía de Adan y Eva en el siglo XXI, o por lo menos no en los términos de la serpiente y la manzana. Bah... digo. F.P.

Anónimo dijo...

Aplaudo la forma en la que viene desrrollándose este nuevo diálogo sobre el mismo tema. Ojalá puedan participar todos los que lo hicieron la semana anterior, pues creo que cada uno tiene algo muy valioso que decir y/o que escuchar... (Juan Manuel, Hugo, MS, FP, Jorge, anónimos, etc., etc.)

Buena semana,
Emanuel.

Anónimo dijo...

PD: en mi comentario de recién, no mencioné a Gabriel entre quienes tienen algo muy valioso que escuchar y/o que decir en esta entrada, simplemente porque me resulta obvio.

Emanuel.

Gabriel Zanotti dijo...

Gracias Ema por tu buena onda !

Gabriel Zanotti dijo...

Respecto al nuevo comentario de FP: todo depende de lo que se interprete por "no-bajada de línea moral del psicoanálisis" y la "ferrea bajada de línea moral de la iglesia". En primer lugar yo no me refiero a todo el psicoanálisis sono a Frued. Y si lo leés, vas a ver que era un tipo muy conservador en sus juicios, y en sus cartas, especialmente, no ahorraba juicios morales cuando era necesario. Como médico, sin embargo, sabía que su misión no era juzgar a sus pacientes, sino explicar sus problemas y ayudar a superarlos, cosa que yo comparto, obviamente. Por lo demás, Jesús en el Evangelio también juzga moralmente las acciones pero tiene misericordia y comprensión con todos (aunque se enoja con los hipócritas) revelando con ello su obvia comprensión de la naturaleza humana después, precisamente, del pecado original. Y la Iglesia en la que yo creo hace lo mismo...

Por lo demás, "... ¿Vos querés decir que adherís a la teoría psicoanalítica como modelo explicativo de tales o cuales patologías...", si, en general si,

"...pero no como método terapeutico?"

TAMBIÉN lo veo como modelo terapéutico, es más, lo veo como "el" modelo. Las demás terapias son de urgencia y están bien, sacan al "yo" momentáneamente de su urgencia (JM lo ha hecho conmigo varias veces, en temas importantes y mi agradecimiento hacia él es inefable) pero es necesaria una tarapia PROFUNDA que vaya lo más hondo que se pueda a POR QUÉ el yo ha actuado como lo hizo......... Ambas terapias, la de urgencia y la profunda, son complementarias.....

Sobre lo del pecado original, no, no estamos hablando de la manzanita, sino de un pecado de soberbia de Adán y Eva cuya consecuencia y culpa se transmite a todos los seres humanos y es aquello de lo cual la cruz de Cristo redime. Todo el cristianismo NO tendría sentido sin el pecado original.......... (Pascal).



Y sobre el pecado original... supongo que no estamos hablando todavía de Adan y Eva en el siglo XXI, o por lo menos no en los términos de la serpiente y la manzana. Bah... digo. F.P.

Anónimo dijo...

Ya me quedó clarísimima tu posición, Gabriel. De todas formas, Cristo perdonaba pero decía "Ve y no peques más". Freud no creo que "perdonase" a nadie, y si tampoco instaba a seguir sus propio ejemplo en materia de moralidad... ahí yo veo una diferencia muy significativa. Pero bueno, tampoco domino el tema. Lo del pecado original daría para charlalrlo largo y tendido, pero me parece que se desvirtuaría el sentido de este post. Ya habrá oportunidad! Ah! Acabo de recordar que en "Vacío perfecto" Stanislaw Lem también establece un paralelismo entre psicoanálisis y Cristianismo... no recuerdo exactamente en que texto, pero creo que era "Idiota" (una parodia a Dovtoievsky y a la sagrada familia, también, si no me falla la memoria). Saludos!

Juan Manuel Bulacio dijo...

Pensé mucho como escribir este comentario. Como no encontré el modo ideal ni tengo tiempo para hacer una nota extendida, decidí escribir algunas ideas, sin más.
-El psicoanálisis pretende ser la única teoría "profunda", lo cual es solo un calificativo y es falso. El cognitivismo estudia las creencias de las personas y como influyen en su vida cotidiana. Estas creencias se alojan en los esquemas cognitivos, que comienzan siendo innatos y se van desarrollando con la experiencia. Los esquemas cognitivos son estructuralmente memoria, y funcionan con sus reglas. Los contenidos, creencias, abarcan desde los mas profundos conceptos ligados a la propia identidad hasta los aspectos pragmáticos más cotidianos. Los esquemas profundos guían la forma de dar significado a la experiencia y gobiernan los esquemas más superficiales. La memoria, se desarrolla evolutivamente gracias al funcionamiento neuronal (plasticidad) y la experiencia de los intercambios con el mundo y con los otros. El psicoanálisis tampoco tiene el patrimonio de la historicidad del sujeto.
La psicoterapia cognitiva aborda la modificación y especialmente el enriquecimiento de los esquemas cognitivos y las creencias para desarrollar nuevos significados, más creativos, realistas y funcionales. Según la profundidad de los esquemas a revisar, la terapia será más focal o más generalizada y profunda.
-Ciertos aspectos del psicoanálisis no son abordados en el articulo de Gabriel, tales como la sexualidad infantil, núcleo básico de la teoría. En mi opinión es una mera construcción, sin base alguna que puede demostrarlo. Y es innecesaria, ya que hay aspectos evolutivos mucho más claros y precisos (desde Piaget, hasta Kagan entre muchisimos autores) además del mencionado tema de las creencias.
Continuo pronto...

Juan Manuel Bulacio dijo...

Otro concepto básico de la técnica psicoanalítica es el de transferencia. Según él, todo lo que ocurre en los vínculos de la persona, particularmente en la terapia, es una especie de repetición de los modos vinculares con sus figuras parentales, regidas básicamente por la teoría de la sexualidad infantil. De este modo, la persona del terapeuta no tiene importancia en si misma. Esto no condice con la realidad de lo que el paciente busca en una terapia, donde la comprensión y el vinculo son vehículos fundamentales para llegar al paciente y para que éste confié y se abra al terapeuta de un modo real, no con los recortes que al terapeuta le interesan. Además de otras consideraciones que serian muy largas de enumerar, esta práctica entrena al paciente en centrarse en si mismo, en reconocer poco a los demás excepto en lo que toca sus propios intereses y motivaciones, etc. Por eso, creo que estimula una especie de solipsismo que afecta su capacidad de establecer vínculos profundos. Tanto mirar su psiquis se olvida o simplifica en extremo la de los demás.

Continua...

Juan Manuel Bulacio dijo...

Tampoco, pese a los esfuerzos de algunos, se ha logrado relacionar en forma adecuada el psicoanálisis con las neurociencias, lo cual deriva en graves fallas a la hora de tratar en forma concreta patologías psíquicas. Por este motivo, el psicoanálisis debería abstenerse de tratar estos cuadros clínicos y limitarse a aquellas personas que pretendan auto conocerse según esos parámetros. Como ya dije, para mi, esa elaboración de una teoría sobre si mismo no ayuda a la persona, pese a la tranquilidad que le da tener un relato para explicar la propia complejidad, ni a sus vínculos.
En la practica diaria he visto incontables personas que creían que el psicoanálisis era la única forma de psicoterapia y que decepcionados no realizaban otros tratamientos. La fortaleza del vinculo, la psicoeducacion, el lenguaje claro y las propuestas realizables les permite a estos pacientes recuperar la confianza en los tratamientos y dedicarse a ellos con renovadas esperanzas.

Hay otras áreas del saber popular que se han visto afectadas negativamente por el psicoanálisis. El hábito de suponer una causa inconsciente para todo ha llevado a la desresponsabilizacion en muchos casos, y en otras a una injusta atribución de causalidad interna, por ejemplo, en lo que hace a las enfermedades físicas. Es un equivocado saber popular, que el cáncer se produce luego de un estrés severo y cosas así. La influencia de la mente sobre el cuerpo es innegable, pero también lo es la influencia del cuerpo sobre la mente. Las enfermedades son multicausales y nunca puede establecerse en forma fehaciente el origen psíquico de una afección. Podrán establecerse correlaciones estadísticas y nada más, y trabajarse clínicamente sobre ambos niveles.
Continua...o no, se acabo mi tiempo hoy.
Saludos para todos. JM